Considerando que la NRF (National Retail Federation) es el mayor evento sobre tendencias de Retail del mundo, es fácil imaginar que el contenido abordado en las convenciones siempre está relacionado con enfoques futuristas de consumo, tecnología y punto de venta (cualquiera sea el entorno). Sin embargo, posiblemente debido al aspecto humano ampliamente discutido en todos los foros como un elemento fundamental de éxito y principalmente debido a la urgencia del tema ampliamente discutido hoy, la economía circular fue un tema abordado de una manera muy interesante y llamó la atención de muchas personas.
La economia circular tiene relación con la sustentabilidad, con la vida útil del ciclo de vida del producto y, sobre todo, con la adopción de “Re” en el proceso de producción y la cadena de consumo – Reuse, Remake, Recycle.
Con esto, el concepto de la economía circular es extenso y merece ser estudiado en profundidad. Según la revista de negocios Fast Company, los jóvenes de la generación Z (nacidos entre 1995-2015) representarán el 40% de los consumidores en todo el mundo en 2020, y este nuevo consumidor nacido en la era de Internet está más preocupado por el mundo en el que vive.
El propósito de este artículo es hacer una reflexión sobre el tema, así como llamar la atención de los ejecutivos de las empresas, quienes están precisamente en el momento de definir estrategias dirigidas a este nuevo consumidor. Las empresas que aún no tienen este enfoque, deben recorrer un largo camino para recuperar el tiempo perdido, sin embargo, ¡Lo importante es comenzar cuanto antes! Todas las marcas que realmente quieran reinventarse tendrán que hacerlo a través de una nueva división, un nuevo producto o simplemente adaptando algo que ya existe. La búsqueda de alternativas será constante y, sobre todo, se necesita ser relevantes en esta nueva era de consumo.
La mención de este tema en varias presentaciones dentro de la NRF, fue lo que nos inspiró a contar casos de empresas muy interesantes. Uno es de la compañía Patagonia, que vende ropa que se reutiliza, renueva o transforma en otras prendas de vestir.
Lo interesante es que el concepto de reducir el consumo puede ser antagónico con el comercio minorista (actual), sin embargo, crearon nuevas oportunidades para monetizar e involucrar a las personas en un modelo comercial más sostenible. Patagonia se creó de esta manera, sin embargo, hay marcas que han adaptado y buscado soluciones creativas y divertidas para reducir su desperdicio, principalmente cambiando sus packagings.
Otro ejemplo es el de Haagen-Dazs con su empaque de metal, que además de ser bonito, puede ser reutilizado para otros fines.
Muchas industrias ya están diseñando sus empaques en formatos que pueden reutilizarse.
Las encuestas indican que el 40% de los estadounidenses almacenan productos en paquetes de otros productos: historias clásicas como la de la caja de zapatos o envases de plástico que en algún momento se vuelven útiles para algunas personas.
La cultura del refill es una realidad y se puede explorar mucho. Hoy en día, ya hay cadenas minoristas que aprovechan esta tendencia, como es el caso de Carrefour con sus propios productos de marca desarrollados en envases de vidrio. Es un cambio para el consumidor en cuanto al cambio de noción de propiedad, y del paso de los empaques baratos desechables a empaques duraderos, bellos y reutilizables.
Como se puede ver, todo esto involucra a marcas, minoristas, empleados, clientes y, sobre todo, comunidades enteras. Hay un mar de oportunidades para ganar dinero de manera sostenible, establecer un verdadero propósito de marca y preservar nuestro planeta.
“El problema no es el plástico, ¡El problema es usarlo solo una vez!”