El mundo sigue cambiando rápidamente y las nuevas generaciones valoran empresas y productos porque conectan con la diversidad y la inclusión. Este acercamiento abre las puertas a un nuevo mundo de posibilidades para marcas y consumidores.
Estamos viviendo y aprendiendo en tiempo real. Existen muchas marcas, modelos de comercialización y canales de comunicación, pero la importancia de la inclusión y diversidad en las empresas es crucial. Al adoptar este enfoque en las estrategias, no solo se contribuye a la cultura y a la sociedad con un impacto positivo, sino que se fortalece una oportunidad de negocio. La marca se ubica en otra posición, apuntada a una generación que mira y valora todo el ecosistema, más allá de un producto o servicio.
Si hablamos de usuarios, hablamos de distintos grupos sociales y es estratégico para el crecimiento de una compañía que ésta adapte su comunicación y mensajes de una manera personalizada. Un gran acierto es contar con #influenciadores para los distintos grupos, ya que colaboran en la construcción de las relaciones con proveedores y por supuesto, en la comunicación con sus #consumidores para causar un impacto positivo y orgánico.
Ahora bien, la comunicación interna es tan importante como la externa. Y es necesario que se permee un concepto, una cultura y un mensaje único a toda la organización (en todos los niveles). Adicional, las acciones tienen que ser genuinas y congruentes. La transparencia y veracidad es fundamental en este proceso de construcción de una marca inclusiva, sobre todo si el objetivo es dejar una huella en el mercado y en la sociedad.
Finalmente, mirar al #consumidor de forma auténtica es la clave para generar una impresión natural y sólo se puede lograr teniendo una sinergia interna, donde nuestros colaboradores transmitan el mensaje de la marca.